jueves, 22 de enero de 2015

Fermin (2013)

Dirigida por Hernán Findling y Oliver Kolker(quien tambien escribio el guión), este filme argentino narra a ritmo de bandoneón, piano y violin, la historia de Fermin Turdera(Hector Alterio) un octogenario paciente de un hospital siquiátrico por el que se interesa el recién ingresado como internista Dr. Ezequiel Kauffman(Gastón Pauls) no solamente porque conoce primero a su bella y algo histérica nieta Eva(Antonella Costa) sino también porque descubre que Fermin solamente se comunica recitando de memoria párrafos enteros de viejos tangos.
Interesadísimo por el estado de su paciente, para tratar de comprenderlo el Dr. comenzara a adentrarse de a pocos en el apasionante mundo del tango e intentara averiguar qué fue lo que llevo al entrañable viejo a ese estado de locura y ver si puede ayudarlo a superarlo. 

Esta película es un proyecto muy ambicioso, que en mi opinión usa demasiados tópicos para llamar la atención del espectador, tenemos a La milonga, el lenguaje y humor porteño, la dictadura militar, la traición, el maltrato, la perdida, el dolor, el arrepentimiento, la realidad del pabellon de un hospital siquiatrico, el amor y sus desencuentros y por supuesto tango, tango y más tango. 
El relato transcurre en dos tiempos, uno presente donde el Dr. Kauffman lucha por entender la forma de ayudar a su paciente y al mismo tiempo superar el sus propios problemas personales y otra que retrocede hacia el pasado y nos va mostrando la historia de un joven Fermin interpretado por el actor Luciano Caceres(y en la que como dato curioso participa Dalma Maradona, la hija del Diego)

Con el transcurso de la historia se va mostrando la energía, belleza y emocionante ejecución del Tango (desde el estilo clásico, hasta el contemporáneo), con secuencias de baile que son muy buenas pero que a mí me sacaban de cuadro porque se daban de improviso y me hacían perder el hilo de la historia. 
La película funcionaba bien para mí cuando estaba enfocada más en el Dr. Kauffman, Eva y el viejo Fermin y su entrañable locura, los personajes de Ezequiel y Eva tienen química y muestran aspectos interesantes de sus personalidades y bueno que se puede decir del gran actor Hector Alterio quien hace lucir como fascinante a un personaje al que en un principio no se le entiende ni la mitad de lo que recita, si le sumamos la concisa participación del actor Emilio Disi en su papel de “Ciempiés” la película consigue tener momentos muy divertidos y un final padre-hijo bastante emotivo. La que no me gusto para nada es la vuelta al pasado que nos va presentando la historia de un joven Fermin interpretado de forma demasiado agresiva por el actor Julio Caceres, que aparte de saltar demasiado rápido en el tiempo, busca el golpe melodramático fácil y en mi opinión ocurrio todo lo contrario pues da a conocer a un reverendo hijo de perra que en realidad merece algo peor que haber terminado abandonado en un manicomio y que choca por completo con la emoción que te provoca el presente del protagonista y me hacía sentirlo falso y sin sentido.
Se me hizo complicado disfrutar de la película, pues no podía dejar de pensarla y sentia que se desperdicia un poco a su elenco, pues la historia sin un buen hilo conductor se corta constantemente, el pasado de Fermin es demasiado chocante, contrasta demasiado con el tono más relajado de su presente y también se recurre al melodrama facilón porque tienes que soltar tu rio de lágrimas sí o sí. La recomendaría porque pone en vitrina la fuerza y la belleza del tango y porque puede hacerte reír y emocionar si no te la tomas tan en serio. Me parece que esa es la única forma de disfrutar de lo mejor que ofrece el filme, poner la mente en blanco y tratar de pasarse un buen rato. 

HARRYFOCKER LE DA 5.5/10

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