lunes, 14 de septiembre de 2015

Turbo Kid (2015)

Cine serie B, C, D, E, F, G, H y un largo etcétera más se unen en esta producción canadiense del año 2015 coescrita y dirigida por François Simard, una especie de filme de acción-horror post apocalíptico que hará las delicias de los fanáticos del género y de los nostálgicos amantes de la década de los ochentas.

Definitivamente una de las grandes virtudes de esta película NO es su trama, la historia es tan simple como infantil, es el año 1997 y el mundo ha sido destruido por la guerra, en donde todo está contaminado ya no quedan lugares habitables y escasea el agua que se ha vuelto el recurso más preciado del planeta, en ese ambiente desolado, sin leyes, que asemeja al de un campamento minero(con el que no sé por qué será que me sentí identificado instantáneamente) y en donde
el único medio de transporte posible para los malotes y villanotes son bicicletas BMX(es en serio, no es broma) sobrevive “The Kid”(Munro Chambers) un adolescente recolector de basura y fanático de los comics que piensa que algún día su héroe impreso “Turbo Kid” salvara al mundo del terrible caos en que se encuentran y detendrá a Zeus(Michael Ironside) el temible autoproclamado gobernante de esas inhóspitas tierras. 

De primera mano lo más llamativo del filme es su estética completamente ochentera, desde una adictiva banda sonora con sonidos de midis, pasando por el vestuario kitsch de aquellos años, el estilo narrativo tan malo y el descuidado detalle de cada escena(lo han hecho mal pero con ganas) es inevitable no esbozar una sonrisa y recordar las tardes en casa viendo aquellas películas de bajo presupuesto sobre el apocalipsis que en realidad no eran más que burdas copias de Mad Max, pero que eran divertidísimas, de hecho “Turbo Kid” sería una nostálgica película de aventuras para toda la familia si no fuera porque su propuesta es ridículamente ultraviolenta, la palabra Gore con todas sus letras reluce a lo largo del filme con visceral y sangriento detalle, lo que no la hace accesible para todos, sobre todo a los que se les revuelve el estómago con facilidad, pero no puedo negar que a pesar de la bizarra combinación la película no pierde nunca su extraño encanto, solo me bastaron 10 minutos para admitir que me había abandonado a su absurda propuesta y me lo estaba pasando bien. 
El mayor acierto en guion y dirección es que el filme nunca se traiciona y se mantiene en la misma ridícula y disparatada línea, pasando por todos los tópicos y personajes del género (un malo bien malote, ridícula situación romántica, el antihéroe con sus diálogos cool, la revelación de la heroicidad, etc.) los productores deben ser uno de esos grupos de locos que querían pasárselo bien y que su audiencia también y vaya que le pusieron empeño y hasta mucho detalle ya que hay secuencias enteras que parecen haber sido echas mal completamente a propósito, hay mucha precisión para el descuido, el desenfoque o el error(como la parte en que destripan a un personaje y a falta de extras vuelve a salir con otra ropa en otra secuencia) lo cual te termina arrancando una carcajada.
En ese sentido y como nostálgico entretenimiento “Turbo Kid” tiene muchísimo por ofrecer al fanático dispuesto a dejarse llevar por su propuesta pues es una delicia, que de seguro más de uno beatificara como película de culto. Más que recomendable para lo que están cansados de lo mismo y buscan pasárselo bomba sin esperar demasiado. Claro que por supuesto que los amantes del buen cine, de las grandes historias y de los momentos relevantes mejor aléjense unos cuantos kilómetros de distancia de Turbo Kid, no vaya a ser que se moleste al oír sus improperios de ser una película de tan mal gusto monte en su BMX, los persiga y los vaporice con su súper rayo aniquilador. 

HARRYFOCKER LE DA 7/10

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