El Patron: Radiografia de un Crimen (2015)

Basado en hechos reales, esta coproducción argentino-venezolana del 2015 dirigida por Sebastian Schindel(que también colabora con el guion) narra la poderosa historia de Hermogenes Saldivar(Joaquin Furriel) un humilde y casi analfabeto peón de campo que llega a la ciudad de Buenos Aires con su novia en busca de mejores oportunidades que nunca pudo conseguir en su pueblo natal de Santiago del Estero. El sencillo muchacho se hace de una chamba como ayudante en la carnicería de un barrio mientras va aprendiendo del negocio lo que llama la atención de El patrón (Luis Ziembrowski) quien le ofrece ser el encargado de otra de sus carnicerías a lo que Hermogenes acepta casi sin pensarlo pensando que está ante una gran oportunidad sin imaginar que esta ante la experiencia más terrible de su vida.

 La narración del filme esta dividida en dos partes, una en la que por casualidad un abogado (Guillermo Pfening) se encuentra con el caso pagando un favor y dándose cuenta que se está cometiendo una injusticia con el pobre acusado y otra en donde a manera de constante flashback se va conociendo que fue lo que llevo a Hermogenes a asesinar a su patrón de 16 puñaladas con un cuchillo de la carnicería. Si tuviera que clasificar el filme diría que es un drama criminal de terror. De terror porque no creo que sea el único que termine traumatizado y asustado luego de ver cómo es que el desgraciado del patrón obliga al trabajador no solamente a vender carne en mal estado sino como le va a enseñando ha “recomponerla” a echarle cloro para que no bote mal olor, a coger toda la carne podrida y volverá embutido o si está demasiado negra volverla hamburguesa o milanesa y un largo etcétera más que desde el día que vi la película me obliga a mirar con horror cualquier carnicería.

Y es que Ziembrowski realmente entrega una interpretación enajenante como el abusivo patrón que no solamente obliga a su trabajador a vender esa carne en mal estado, también lo humilla y denigra de cuanta manera tiene a mano como si se tratase de su esclavo(al punto de que decide no llamarlo por su nombre porque no le gusta y le llama Santiago) y al que con falsas promesas y engaños obliga a vivir en horribles condiciones. Hasta qué punto tendría que aguantar un trabajador siempre fiel, siempre honesto, siempre dispuesto a darlo todo y que solo recibe maltrato, engaños y odio por parte de su amo.

El filme de Schindel acierta en mostrar cómo es que el sistema devora sin piedad a todos los que no tienen la mínima preparación para sobrevivirle, como los que pueden se aprovechan sin remordimientos de los que a las justas pueden escribir su nombre y de la justicia que solo funciona de la manera adecuada para los que saben cómo surfear entre sus leyes. Otro punto fuerte en la dirección es que esta se va más por mostrar los hechos que inclinar la balanza y por allí el filme gana con la crudeza de sus imágenes. Otro gran acierto está en el reparto principal que como dicen los argentinos se banca a sus personajes con todo, desde Furriel que recrea el retrato conmovedor de ese humilde trabajador arrepentido pero dispuesto a pagar por su crimen, hasta el papel de Pfening el abogado que se propone hacer su trabajo al menos por una vez en su vida.

Quizás a la película le falte jugar un poco más con la incertidumbre, acentuar el dramatismo en otros momentos o indagar un poco más en sus personajes por lo que la última parte no me pareció del todo lograda, pero eso no le quita el resto de sus méritos al relato que como bien resume en su título se vuelve toda una radiografía de un terrible crimen motivado por un amo aún más despreciable. Película más que recomendable aunque queda como advertencia que no es mi culpa si luego de verla no vuelven a poner un pie en la carnicería de su vecindario.

HARRYFOCKER LE DA 8/10