viernes, 20 de junio de 2014

The Grand Budapest Hotel

…Un mundo sin L’ air du Panache

En un rincón en las altas montañas de la ficcional republica de Zubrowka se encuentra el “Gran Hotel Budapest” un Hotel perdido en el tiempo de esos que ya no existen al que solo se puede acceder por funicular y en el que hace no muchos años ocurrió una increíble historia mezcla de comedia, policial y drama como solo un gran director como Wes Anderson podía contar.

Con un salto temporal constante (pues el filme arranca en una época actual para luego retroceder a los años sesenta y de ahí nuevamente retroceder a finales de los años treinta y de ahi todo de vuelta) la historia nos presenta a un gran escritor, un libro mundialmente famoso y a una pequeña que comienza a leerlo desde el momento en que este gran escritor durante su estadía en este fastuoso pero decaído hotel conoce a uno de sus huéspedes y este
comienza a narrarle la increíble historia del aprendiz de botones Zero(Tony Revolori) y del jefe de botones del gran Hotel el Sr. M. Gustave(Ralph Fiennes) un personaje realmente fascinante, lleno de clase, maniático del orden, las normas, la limpieza, amante de la poesía y de las señoras multimillonarias de más de 80 años como madame Celine Villeneuve Desgoffe und Taxis(Madame D. para los amigos) quien al pasar a mejor vida le dejara a su amado Gustave por “sus servicios” de regalo la famosa pintura del “niño con una manzana” lo que motivara la ira de los deudos de la multimillonaria y con lo que iniciara el via crucis del buen Gustave ya que se le acusara de un crimen y deberá probar su inocencia teniendo como única ayuda la de su pobre botones Zero.
Si hay que hablar de cine de autor y un director siempre fiel a su estilo y a su propuesta ese es Wes Anderson, el director de Los Tenenbaums, Steve Sissou, el fantástico Sr. Fox nos propone esta vez una delirante historia que pareciera que tuviera a propósito como telón de fondo un conflicto bélico mundial como excusa perfecta para un fenomenal tratamiento visual que desde el vestuario hasta la escenografía usa una gran paleta de colores e imágenes que hacen lucir por si solas a las secuencias como parte de un gran oleo viviente.
El film tiene un descomunal reparto completado por Edward Norton, Adrien Brody,Jeff Goldblum, Willem Dafoe, Saoirse Ronan, Tilda Swinton(que luce irreconocible)Harvey Keitel, Mathieu Almaric, Tom Wilkinson, Jude Law, Owen Wilson, Bill Murray, Jason Schwartzman, Bob Balaban, F. Murray Abraham, Lea Seydoux aunque también hay que tomar en cuenta que la gran mayoría de estos actores trabajan con Anderson desde su primer filme y más parecen una compañía teatral itinerante que lo acompaña siempre y aunque algunos solo aparezcan tan solo unos segundos en pantalla su participación siempre es brillante y contribuye sobremanera al desarrollo de la historia. Pero es Ralph Fiennes quien de lejos se lleva todas las palmas componiendo un personaje delicioso, lleno de amaneramientos y manías y al mismo tiempo de una moral y conducta intachables Fiennes muestra una faceta humorística casi desconocida y que contrasta con la nostalgia que evoca su mirada, imperdible.
Pero el “Gran Hotel Budapest” a pesar de su incesante ritmo, sus constantes gags y secuencias que parecen sacadas de un corto de los Looney Tunes no es una comedia que te matara de risa, aun con lo disparatadas de sus situaciones la historia tiene mucho más que ofrecer pues transita entre el drama, el policial y el cine de aventuras, esta tambien aunque de una manera mas disimulada la fidelidad y el compromiso que representa el personaje de Zero en la historia. Además el relato esta impregnado de esa melancolía que siempre acompaña a los filmes de Anderson aunque esta vez el relato tenga unas imágenes que lo hagan lucir tan vivo y que por sí solas justifican el visionado del filme. Hay una constante evocación que se hace de otros tiempos tanto usando una voz en off como con la presencia del Gran Hotel hasta todo lo que representa el personaje de Gustave con sus divertidos modales de duque, esa mirada hacia el pasado e intentar detenerse en el para buscar algo perdido y sentir aun esa esencia en el aire aunque leyendo entre líneas el mensaje sea algo desalentador pues aun con la nostalgia se siente que es algo que ya no pueda recobrarse y quedara en el olvido, como esa botella de L’ Air du Panache que tanto añora Gustave, como esa ya casi perdida habilidad de artesano de los directores de cine de intentar contarnos una historia utilizando todos los medios a su alcance en tiempos en que casi nadie quiere ya hacerlo, el cine es magia y emoción, es llevar al espectador a una experiencia unica, hay mucha magia que se ha perdido y que a Anderson no se molesta en evocar como cuando filma esa maqueta del gran Hotel que recuerda épocas doradas del cine de mediados de los años 40. Una lastima que propuestas asi ya no se vean casi nunca.

En mi opinión esta es una de las películas más equilibradas y disfrutables de Anderson, el relato es una aventura total que aunque no te matara de risa es una gozada de principio a fin y da justo en el punto en lo que más me agrada de las propuestas del director, ese sabor agridulce, esa disimulada tristeza y melancolia escondida bajo una premisa tan delirante y una amplia sonrisa(casi, casi como mi vida, pero le falta algo mas de melodrama). A disfrutarla.

HARRYFOCKER LE DA 8.5/10

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